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#GrowthTalksEADA sobre el impacto económico del desconfiamiento

14 Mayo 2020

IMD webinarEn plena fase de desescalada y tras dos meses de confinamiento,  el 13 de mayo dedicamos un #GrowthTalksEADA -la serie de webinars para comprender el impacto de la Covid-19 en cualquier ámbito- a analizar las consecuencias económicas y empresariales de la pandemia.  Para ello, contamos una vez más con Arturo Bris, director del World Competitiveness Center y profesor de finanzas de IMD, quien dio las claves para encontrar el equilibrio adecuado entre la prevención de los daños causados por la Covid-19 y los daños derivados de una grave contracción de la actividad económica. 

Arturo Bris dejó bien claro que las autoridades políticas españolas deben combinar la estrategia epidemiológica y la económica a la hora de aplicar el desconfinamiento de la población durante las próximas semanas: “La estrategia óptima de desconfinamiento debe tener en cuenta aspectos sociológicos, éticos, de salud pública y económicos. Sociológicamente, tenemos que desconfinar a la población. Éticamente, hay que proteger la vida humana confinando. En medio de estos dos extremos está la política óptima”.

Bris, que es uno los cien académicos de finanzas más leídos del mundo, aseguró que “la mejor manera de proteger a la ciudadanía y, a la vez, a la economía, es desconfinando solamente los sectores sin posibilidad de teletrabajo y con posibilidades de distanciamiento social”. De esta manera, el académico apostó por dejar en casa a los menores de 16 años y a los mayores de 65, colectivos económicamente no productivos y, en el caso de los adultos, también más vulnerables. “Se deben priorizar los sectores de mayor valor añadido y empleabilidad”, apuntó.

Basándose en los últimos datos económicos, el ponente manifestó que “España no está preparada para alargar mucho más el confinamiento”. Como dijo, “esperar cuatro semanas más podría impactar en el 6.8% del PIB”.

Por último, el experto en Finanzas hizo la siguiente reflexión: “Tenemos que afrontar errores de tipo 1 y de tipo 2. El primero es desconfinar a una persona contagiada. El segundo, confinar a una persona sana. Los dos errores afectan tanto a la economía como a la salud, lo que obliga al Gobierno a buscar un equilibrio. Es necesario combinar los dos errores para lograr una estrategia óptima, sabiendo que va a afectar tanto a la economía como a la salud pública”.