Un punto de inflexión en el mundo financiero. La inteligencia artificial generativa está marcando ese hito. En apenas dos años, ha pasado de ser una promesa experimental para convertirse en un factor real de transformación. Su capacidad para comprender información compleja, generar textos y ofrecer análisis en lenguaje natural está redefiniendo la forma en que las entidades gestionan el conocimiento, se comunican con sus clientes y diseñan nuevos modelos de negocio.
Más allá de la velocidad tecnológica, el desafío reside en la estrategia: cómo aprovechar esta inteligencia de manera ética, eficiente y sostenible, para garantizar al mismo tiempo la confianza y el valor humano que caracterizan al asesoramiento financiero.
Con esta mirada, el Comité de Barcelona de CFA Society Spain y EADA Business School celebraron el pasado 16 de octubre la conferencia “Generative AI in Financial Advisory”. El encuentro reunió a profesionales del sector financiero y tecnológico para analizar el presente y el futuro del asesoramiento en la era de la inteligencia artificial. El ponente principal fue Salvador Mas, fundador de GPTadvisor y referente en innovación financiera, con una trayectoria que incluye etapas en Invertia, Openfinance, Finametrix y Allfunds, entre otras iniciativas de éxito.
Durante su intervención, Mas ofreció una visión directa y rigurosa de cómo la IA generativa está transformando el wealth management, advirtiendo tanto de su enorme potencial como de los riesgos de no entender sus implicaciones.
Una revolución comparable a la de Internet
Desde las primeras palabras, Mas dejó clara la magnitud del cambio que se avecina: “Para mí esto va a ser más gordo que Internet”. Recordó que la irrupción de la red en los años noventa alteró todas las estructuras conocidas —comerciales, laborales, sociales—, pero subrayó que la inteligencia artificial generativa tiene un alcance aún mayor. “Ha sido un cambio social, empresarial y laboral brutal”.
En su opinión, la nueva ola tecnológica no se limita a distribuir información, como ocurrió entonces, sino que crea conocimiento y aprendizaje continuo a partir de los datos. Lo que antes dependía de la búsqueda y el análisis humano, ahora se genera de manera automatizada y conversacional, con consecuencias profundas para los sectores financieros, jurídicos o sanitarios.
Y es así como Mas cree que vamos a pasar del navegador al asesor conversacional. El gurú describió un futuro inmediato en el que la interacción con la información dejará de pasar por el clásico navegador: “No vamos a navegar, sino a chatear”. El usuario no buscará datos, sino respuestas personalizadas. Los asistentes conversacionales se convertirán en una nueva interfaz entre el cliente y la información financiera, capaz de entender el contexto, la intención y las necesidades específicas de cada consulta.
En este nuevo entorno, el conocimiento técnico por sí solo ya no será suficiente. La habilidad crítica será formular preguntas adecuadas. “La clave de la IA es que tú como mínimo tienes que saber lo que tienes que preguntar para sacarle partido”, advirtió Mas. Esa competencia, aparentemente sencilla, sintetiza la transformación del papel humano: pasar de procesar datos a dirigir inteligencias.
El nacimiento del asesor global
Uno de los puntos centrales de la conferencia fue la aparición de grandes modelos de lenguaje capaces de ofrecer asesoramiento en tiempo real. “Están preparando un equipo de asesores trabajando con todos los algoritmos para que ChatGPT sea el asesor de todo el mundo.”
Mas explicó que esta ambición de universalizar el conocimiento financiero no es teórica: ya se está construyendo dentro de las grandes tecnológicas. Y aunque la regulación europea impedirá que se defina como “asesoramiento financiero” en sentido estricto, su efecto será muy similar. “No le llamará asesoramiento en términos regulatorios, pero el resultado para el usuario será asesoramiento.”
El mensaje fue claro: la competencia no vendrá solo de otras entidades, sino de modelos digitales globales capaces de ofrecer orientación automatizada, multilingüe y personalizada.
El reto de las entidades financieras
Ante ese horizonte, Mas fue contundente: “El sector financiero es muy bueno en cerrarse”. Añadió que esta actitud conservadora, amparada en la regulación, puede ofrecer una protección temporal, pero no evitará la disrupción. “Es muy bueno en decir ‘por regulación’, y eso le protege algo”, concluyó.
A su juicio, la clave para sobrevivir no es resistirse, sino redefinir el liderazgo. Las empresas ven que la inteligencia artificial aplicada las va a hacer muy eficientes. “El directivo tiende a pensar en hacer lo mismo con menos coste, cuando debería pensar en cómo aumentar el output de su empresa”, defendió. El cambio de la mentalidad consiste en utilizar la tecnología no para reducir, sino para multiplicar, señaló.
Datos, confianza y responsabilidad
Si hay un aspecto que determinará el éxito o el fracaso de la inteligencia artificial en finanzas, son los datos. Mas lo expresó sin rodeos: “La clave son los datos. Tenemos que cerrar Internet y crear una capa de confianza, un trust layer”. El concepto alude a un sistema cerrado de información verificable que sustituya las fuentes abiertas, a fin de garantizar precisión, privacidad y trazabilidad. “El dato de una entidad es su mayor activo”, añadió, “y la entidad tiene que ser la responsable de sus reglas de negocio”. Mas alertó, además, sobre un riesgo creciente: “Si una entidad subcontrata eso a la IA generativa, va a ser un desastre”.
El futuro del asesoramiento para el experto pasa por construir modelos privados y controlados, que trabajen con información propia y certificada. “No podemos basar el asesoramiento financiero en lo que hay en Internet. Necesitamos sistemas que sean seguros, auditables y éticamente responsables”.
Nuevas competencias y cultura del aprendizaje
En su intervención, Mas abordó también el impacto de la inteligencia artificial en las carreras profesionales. “Mi trabajo va a desaparecer, no tengo duda”, afirmó con franqueza, recordando que la tecnología ya está transformando tareas, jerarquías y ritmos de trabajo. Para él, el verdadero valor de los profesionales no radicará en el dominio técnico, sino en la capacidad de adaptarse. “Un chaval que venga sin inteligencia artificial… yo no lo contrataría ahora mismo”, reconoció. La IA se convertirá en una extensión natural del trabajo cotidiano, y la curiosidad será la competencia esencial. Mas aconsejó trastear sobre todo lo que viene, porque esa es la forma de entenderla.
Esa invitación al aprendizaje constante refleja un principio que EADA promueve en sus programas: la necesidad de desarrollar el pensamiento crítico, flexibilidad y liderazgo adaptativo en entornos de cambio acelerado. Como reconoció el propio Mas, la IA no reemplaza a las personas, pero cambia la naturaleza del trabajo. El valor ya no está en hacer cálculos, sino en saber qué preguntas hacer a la herramienta.
Liderar con propósito en la era de la IA
La conferencia dedicó su tramo final al papel del liderazgo. Mas insistió en que la adopción de la inteligencia artificial debe ir acompañada de un cambio de mentalidad y de cultura organizativa. Ese equilibrio entre innovación y propósito define también el enfoque pedagógico de EADA, donde la tecnología se aborda no como un fin en sí misma, sino como una herramienta al servicio de la estrategia empresarial, la ética y la sostenibilidad. En opinión del ponente, el futuro pertenecerá a las organizaciones capaces de mantener ese equilibrio.
Formar a los líderes que combinarán tecnología y propósito
El encuentro organizado junto a CFA Society Spain se enmarca en la apuesta de EADA por acompañar la transformación digital desde una perspectiva humana y ética. La escuela de negocios integra la innovación tecnológica en sus programas financieros y de gestión, a fin de fomentar una comprensión transversal del impacto económico, social y regulatorio de la IA.
El Master in Finance y el Master en FinTech y Business Analytics, por citar algunos de los programas centrados en el sector financiero que imparte la casa, preparan a los directivos para anticipar los efectos de la inteligencia artificial generativa y diseñar soluciones que combinen eficiencia, sostenibilidad y confianza.
A través de su metodología de aprendizaje activo, EADA impulsa el desarrollo de líderes capaces de gestionar el cambio y de integrar la tecnología con visión estratégica, sensibilidad social y pensamiento crítico.