Recientemente hablamos con Harry Jones, participante actual del Master in Artificial Intelligence for Business de EADA, para conocer más sobre su trayectoria: desde la Ingeniería Aeroespacial en el Reino Unido hasta los retos de la inteligencia artificial en Barcelona. Esto fue lo que nos contó:
Hola, Harry. Para empezar, ¿podrías contarnos un poco sobre tu trayectoria y cómo comenzó tu interés por la inteligencia artificial?
¡Claro! Siempre había querido viajar y, de hecho, iba a pasar un año en Nueva Zelanda después de terminar el colegio. Pero llegó la pandemia y esos planes se frustraron. En su lugar, decidí hacer algunos cursos de programación para prepararme para la universidad. Fue entonces cuando descubrí cuánto disfrutaba programar, y esa pasión me acompañó durante toda la carrera de Ingeniería Aeroespacial. Al graduarme, tenía claro que quería seguir desarrollando mis habilidades de programación, idealmente con un enfoque en Inteligencia Artificial, un campo que crece a gran velocidad y resulta apasionante.
¿Qué fue lo que te atrajo originalmente del Master in AI for Business de EADA? ¿El enfoque internacional, el componente empresarial o algo más?
Realmente, una combinación de todo. Al venir del ámbito aeroespacial, no tenía formación en negocios, y sabía que contar con una base sólida en este ámbito sería útil, independientemente del camino profesional que siguiera. Al mismo tiempo, seguía con ganas de vivir una experiencia internacional, después de haber perdido esa oportunidad antes. Barcelona estaba en lo más alto de mi lista: había visitado a un amigo aquí el año anterior y me encantó la ciudad. Cuando encontré el programa de EADA, que combina la programación técnica con la aplicación empresarial real, supe que era el equilibrio perfecto. También consideré programas similares en Europa, pero el trato cercano y proactivo del equipo de admisiones de EADA me hizo sentir realmente bienvenido, y eso marcó la diferencia.
Procedente de York, ¿cómo fue la transición a vivir y estudiar en Barcelona? ¿Alguna sorpresa por el camino?
La transición fue bastante fluida gracias a las personas increíbles que conocí en EADA. Los eventos de bienvenida facilitaron mucho conectar con otros participantes, y el tamaño reducido de las clases ayuda a fomentar amistades. Académicamente, el programa me sacó de mi zona de confort. Nunca había estudiado Economía, Marketing o Finanzas, así que las primeras semanas fueron un auténtico reto, pero en el buen sentido. Adaptarme a Barcelona también llevó su tiempo —sobre todo después de haber visitado España solo como turista—, pero la comunidad tan acogedora de EADA hizo que todo fuera mucho más fácil.
¿Podrías describir cómo es un día típico en el programa? ¿En qué sentido te ha supuesto un reto comparado con tus estudios anteriores?
Normalmente tenemos una clase de tres horas al día. La primera parte se centra en la teoría y, después, aplicamos los conceptos con ejemplos prácticos. Lo que más me llamó la atención fue el fuerte enfoque en el trabajo en grupo. Durante mi grado, la mayoría de los proyectos eran individuales. En EADA, casi todo se realiza en grupos estables de 4 o 5 personas. Eso implica reunirse fuera de clase, colaborar y combinar ideas para preparar presentaciones conjuntas. Ha sido una experiencia diferente, pero muy enriquecedora.
¿Hubo algún proyecto o módulo que te marcara especialmente? ¿Algo que haya cambiado tu manera de ver la IA aplicada a los negocios?
Sin duda, el proyecto de Deep Learning y Modelos de Lenguaje Extenso (LLM). Tuvimos que crear nuestro propio sistema de recomendación de libros utilizando modelos de inteligencia artificial. Fue muy divertido, especialmente cuando el chatbot que construí empezó a dar… digamos que respuestas algo cuestionables sobre los libros recomendados. Pero me dejó una lección importante: las soluciones de IA más eficaces suelen basarse en varios modelos, cada uno ajustado a una tarea específica. También aprendí cómo las empresas utilizan versiones personalizadas y especializadas de modelos preentrenados. Esto cambió mi manera de entender cómo se aplica la IA de forma práctica en el mundo empresarial.
¿Cómo te ha transformado este programa, tanto personal como profesionalmente? ¿Qué planes tienes después de graduarte?
Ha supuesto un cambio enorme en mi desarrollo profesional. Cuando llegué, no tenía una dirección clara para mi carrera. Pero después de este año, tengo una idea mucho más definida de hacia dónde quiero ir. Planeo presentarme a programas de posgrado en Análisis de Datos, e incluso estoy considerando lanzar un proyecto personal, algo que nunca me habría planteado antes de venir a EADA. Conocer a tantas personas inspiradoras aquí me ha cambiado la mentalidad sobre lo que es posible.
¿Qué consejo le darías a alguien que esté considerando este programa? ¿Hay algo que te hubiera gustado saber antes de empezar?
Mi mayor consejo sería: prepárate para decir “sí” a todas las oportunidades. Los participantes que más aprovechan su experiencia en EADA son quienes van más allá del aula: investigan por su cuenta, conversan con el profesorado, hacen networking con sus compañeros. Los profesores no son solo académicos; son profesionales del sector con una visión práctica que no se encuentra en cualquier sitio. Hay que saber aprovecharlo.
Por último, ¿qué tipo de apoyo o comunidad has encontrado en EADA? ¿Has creado vínculos duraderos?
Sin duda. Las amistades que he hecho aquí espero que duren toda la vida. Los proyectos en grupo, los módulos de liderazgo y la propia estructura de EADA te impulsan a integrarte con tus compañeros. Más que una red de contactos, siento que he construido amistades reales que han ampliado mi perspectiva. El profesorado siempre está disponible, y el equipo del Knowledge & Information Centre (KIC) es increíble para ayudar a encontrar datos y recursos para los proyectos. Es un entorno muy colaborativo, y eso marca la diferencia.
